Si eres de las mujeres que en su proyecto de vida contempla la maternidad; los siguientes puntos debes analizar:
- Prepararse y diseñar un plan de acción forma parte de todos los proyectos; la maternidad no es la excepción.
- Analizar factores económicos es indispensable, al igual que la preparación física y mental.
- Es recomendable acudir al médico para revisar y garantizar que el estado de salud general es óptimo para procrear.
- Es necesario un patrón de alimentación saludable, que promueva la salud y un perfecto estado de bienestar físico, mental y social.
- La alimentación adecuada es clave para el correcto funcionamiento de todos nuestros órganos y sistemas, incluyendo el reproductivo; una alimentación inadecuada se ha asociado a la infertilidad masculina y femenina.
¿Cómo debo alimentarme si deseo embarazarme?
Recuerda: lo ideal es visitar a tu nutricionista para que determine tu estado de nutrición y personalice tus recomendaciones; en términos generales debes considerar:
- TENER un PESO SALUDABLE: el sobrepeso y la obesidad, se han asociado a infertilidad, ya que puede inhibir la ovulación o evitar que esta sea normal. La programación de la obesidad puede determinarse de forma directa por los genes maternos y de forma indirecta por la calidad y cantidad de nutrientes aportados al feto. Los hijos de mujeres con sobrepeso tienen un 40% más de probabilidades de tener sobrepeso en la vida adulta y sufrir enfermedades crónicas: cardiovasculares, síndrome metabólico, diabetes, etc. La obesidad aumenta el riesgo de aborto espontaneo, diabetes gestacional y/o preeclamsia.
- ELIMINAR tu consumo de ALCOHOL. El alcohol disminuye y/o interfiere en la absorción de vitaminas y minerales, aporta calorías vacías y disminuye el apetito.
- DEJAR de FUMAR. El tabaco afecta la correcta utilización de la vitamina C, E y ácido fólico.
- IDENTIFICA PATRONES DE CONSUMO inadecuados: recuerda que la frecuencia y cantidad de los alimentos que consumes determina que tanto te alejas o acercas a un estado de salud y nutricional adecuados. Analiza los excesos y/o desequilibrios en el consumo de macronutrientes, agua, fuentes de sodio y azúcares simples; así como los bajos aportes de micronutrientes necesarios para la reproducción y/o el correcto desarrollo del feto.
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS): “Los macronutrientes son nutrientes que se consumen en cantidades relativamente grandes, como las proteínas, los hidratos de carbono simples y complejos, las grasas y los ácidos grasos.”
Los micronutrientes (también llamados oligonutrientes) son las vitaminas y los minerales, que se consumen en cantidades relativamente menores, pero que son imprescindibles para las funciones orgánicas.”
¿A qué micronutrientes debo prestar especial atención?
- ÁCIDO FÓLICO y VITAMINA B12: son indispensables para los procesos de división celular y favorecen el correcto desarrollo del tubo neural del feto. Las principales fuentes de ácido fólico son: vegetales de hoja verde oscura, frutos secos y legumbres. La vitamina B12 la encontramos principalmente en proteínas de origen animal: carne, pescado y huevo.
- HIERRO: Es un componente funcional de la hemoglobina, la mioglobina y otras proteínas indispensables. Durante el embarazo los requerimientos de hierro aumentan de forma progresiva debido al aumento del volumen sanguíneo; por lo que es importante su suplementación para con ello evitar el riesgo de anemia materna, el bajo peso al nacer y/o el parto prematuro.
- VITAMINAS ANTIOXIDANTES: las vitaminas A, C y E (presentes en frutas, verduras y grasas saludables), contrarrestan el estrés oxidativo ( se produce cuando hay un exceso en la producción de radicales libres más un defecto en el sistema antioxidante, ocasionando envejecimiento celular); este se ha asociado a una baja reserva ovárica y por lo tanto a infertilidad. La vitamina A participa en procesos de crecimiento y diferenciación celular. La vitamina C participa en la formación del tejido conectivo, ayuda a reforzar las defensas del organismo y favorece la absorción del hierro. La vitamina E ayuda al mantenimiento y regeneración de los tejidos. Todas son necesarias para el desarrollo de la placenta.
- Zinc: es cofactor de numerosas enzimas que participa en la replicación de los ácidos nucleicos (ADN y ARN), la integridad celular, el crecimiento y desarrollo fetal por lo que su deficiencia se ha asociado a defectos del tubo neural, bajo peso y parto prematuro. Principalmente se encuentra en mariscos, carnes rojas, lácteos, huevo y cereales integrales.
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Artículo escrito por:
Clara Paula Zepahua Cotlame
Nutrióloga/ Coach Nutricional