¡SOY MAMÁ! ¿QUÉ DEBO COMER PARA LACTAR?

En el mejor escenario, el periodo de lactancia inicia en las primeras horas de vida del recién nacido  y es a través de la leche materna que se ofrece un alimento cualitativa y cuantitativamente adecuado a las necesidades de los primeros días y meses de vida del bebé

La lactancia materna impacta de manera significativa sobre la supervivencia, salud, nutrición y el desarrollo de los infantes a través de:

  • Proporcionar todos los nutrientes, vitaminas y minerales necesarios para el crecimiento de los 6 primeros meses del bebé, es decir no requiere ingerir ingerir ningún otro líquido o alimento. 
  • Combatir enfermedades  a través de los anticuerpos e inmonoglobulinas presentes en el calostro y de promover la microbiota del lactante.
  • Estimular el crecimiento adecuado de la boca y la mandíbula; así como estimular la secreción de hormonas para la digestión
  • Promover la interacción entre la madre y el niño (a) favoreciendo la sensación de bienestar y seguridad, impactando sobre la forma en que el niño se relaciona con otras personas, su conducta y  habla.
  • Reducir el riesgo de enfermedades crónicas como obesidad, dislipidemias (colesterol alto principalmente), hipertensión, diabetes y otras enfermedades como leucemia o asma.

Para la madre que amamanta también se han evidenciado los siguientes beneficios:

  • Reduce el riesgo de hemorragia post parto.
  • Retrasa el retorno a la fertilidad (corto plazo).
  • Reduce el riesgo de diabetes tipo 2, el cáncer de mama, útero y ovario.

 

De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), la lactancia materna es la forma ideal de aportar a los niños pequeños los nutrientes que necesitan para un crecimiento y desarrollo saludables y recomienda  lactancia materna exclusiva durante seis meses, la introducción de alimentos apropiados para la edad y seguros a partir de entonces, y el mantenimiento de la lactancia materna hasta los 2 años o más.

Durante la lactancia continúan los cambios  fisiológicos y metabólicos, por lo que es necesario garantizar el mantenimiento y/o adecuación de un esquema de alimentación correcto y saludable, que promueva la salud y el bienestar optimo de la madre y el hijo; la alimentación de la madre debe  garantizar que se cubran sus necesidades y las del recién nacido sin correr riesgos. Recuerda; se recomienda acudir a tu nutricionista para recibir recomendaciones personalizadas, pero en términos generales durante el periodo de lactancia se recomienda:

  • No consumir alcohol
  • No fumar
  • Ingerir cantidades adecuadas de energía y macronutrientes.  En esta fase además de la edad, el peso (previo al embarazo) y el nivel de actividad, es necesario contemplar la duración e intensidad de la lactancia, ya que esta comprobado que las necesidades maternas varían durante la lactancia, esto con la finalidad de promover y/o mantener un estado de nutrición óptimo, una adecuada producción de leche y por lo tanto una lactancia exitosa.
  • Consumir buenas fuentes de ácidos grasos esenciales. Se ha demostrado que la ingesta adecuada de omega 3 y 6 , promueven el desarrollo neuronal del bebé; es decir se debe favorecer el consumo de grasas provenientes del aceite de oliva, oleaginosas y pescados cocinados, en lugar de mantequilla, productos de panadería y repostería o carnes rojas en exceso.
  • Los micronutrientes que requieren especial atención son: hierro, zinc, calcio, ácido fólico, yodo, cobre, vitaminas B1, B2, B6, B12, A, E y C; en caso necesario se recomienda su suplementación y/o la elección de alimentos fortificados con dichos micronutrientes.

Aunque la mayoría de las mujeres identifican que una alimentación saludable y equilibrada es necesaria durante el período de lactancia, la malnutrición es una situación de riesgo que se presenta en muchas mujeres; esto se debe a que durante la lactancia, el cuerpo de la madre priorizará las necesidades del bebé, es decir aunque la dieta de la madre presente variaciones y pueda alterarse el perfil de ácidos grasos y otros micronutrientes, nunca se alterará la cantidad y calidad de hierro, zinc, folato, calcio y cobre, ni la composición inmunológica final de la leche que se produce, por lo que el riesgo es para la madre. Sin embargo, una madre con una dieta deficiente de tiamina y de vitaminas A y C, produce leche con menor cantidad de esos micronutrientes, afectando el desarrollo del bebé.

  • La calidad y cantidad de alimentos consumidos por la madre también impactan sobre las propiedades organolépticas de la leche materna (sabor, olor), por lo que alimentos como las alcachofas, coles, rábanos, ajos, cebollas, especias (pimienta, mostaza, ají, etc.), y demás irritantes pueden transmitir un sabor fuerte y/o desencadenar dolores cólicos promoviendo que el lactante rechace la leche.
  • Evitar/limitar el consumo de bebidas excitantes: café, té y bebidas con cafeína; ya que pequeñas cantidades pueden pasar a la leche y ocasionar irritabilidad, insomnio y nerviosismo en el lactante.
  • Mantenerse hidratada. Se recomienda consumir la cantidad de agua que satisfaga la sensación de sed.
  • Preferir:
  1. Preparaciones sencillas y de fácil digestión. Evitar fritos, empanizados, capeados y/o rebozados
  2. Carbohidratos complejos (absorción lenta) y distribuirlos a lo largo del día en diferentes tiempos de comida.
  3. Verduras y frutas de temporada

¿Quieres saber más? Escríbenoshola@cambiable-nutricion.com

Artículo escrito por:

Clara Paula Zepahua Cotlame

Nutrióloga/ Coach Nutricional

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *