¡ESTOY EMBARAZADA! ¿QUÉ DEBO COMER?

Aunque el período previo a la concepción es la etapa ideal para efectuar cambios en el estilo de vida, salud, alimentación y nutrición; el embarazo se considera una de las etapas de mayor vulnerabilidad en términos de salud y nutrición tanto para el feto como para la madre; por lo que la alimentación debe garantizar el logro de los siguientes objetivos:

  • Cubrir las necesidades nutricionales de la madre y del feto.
  • Preparar el cuerpo de la madre para el parto.
  • Asegurar la reserva energética necesaria para el período de lactancia

Para lograr lo anterior es necesario:

  • Planear y proporcionar seguimiento gineco – obstetra.
  • Determinar y vigilar el estado nutricional.
  • Proporcionar educación nutricional. 

Recuerda: es muy importante acudir con profesionales calificados y especializados en la materia; el gineco – obstetra y el nutriólogo serán tus aliados.

GANANCIA DE PESO Y EMBARAZO

Durante la gestación, el incremento de peso se relaciona con cambios fisiológicos y metabólicos maternos, así como por el metabolismo placentario. La ganancia de peso incluye  la síntesis de téjidos que favorecen el desarrollo de la placenta y el feto, el aumento de la masa grasa  para sustentar el crecimiento (feto) y favorecer la lactancia. En porcentajes generales puede establecerse que la ganancia de peso se distribuye de la siguiente manera:

  • Feto: 25 – 30%
  • Tejidos reproductores maternos, placenta, líquido amniótico y sangre: 30 – 40%

  • Depósitos maternos de grasa: 30%

Aunque el aumento de peso es necesario, este debe ser adecuado y controlado. El aumento insuficiente de peso aumenta el riesgo de parto prematuro, bajo peso al nacer y defectos congénitos. Las mujeres con ganancia de peso gestacional mayor a la recomendada presentan un incremento en el riesgo de complicaciones obstétricas: hipertensión, diabetes gestacional, varices, coledocolitiasis, retardo en el crecimiento intrauterino, etc.,  mayor porcentaje de complicaciones al nacimiento o después del parto: complicaciones trombóticas, anemia, infecciones urinarias y desórdenes en la lactancia

Para la evaluación de la ganancia de peso se utiliza como punto de partida el ÍNDICE DE MASA CORPORAL. De acuerdo al Instituto de Médicina (IOM, 2009) de Estados Unidos, la ganancia de peso de acuerdo al IMC será de:

  • BAJO (IMC <18.5): 12. 5 – 18 kg
  • NORMAL (IMC 18.5 A 24.9): 11.5 A 16 kg.
  • SOBREPESO (IMC >25 A 29.9): 7 – 11.5 kg.
  • OBESIDAD (IMC >30): 6 kg

 

De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), el índice de masa corporal (IMC)peso en kilogramos dividido por el cuadrado de la talla en metros (kg/m2)– es un índice utilizado frecuentemente para clasificar el sobrepeso y la obesidad en adultos. La OMS define el sobrepeso como un IMC igual o superior a 25, y la obesidad como un IMC igual o superior a 30.

El peso preconcepcional es por lo general desconocido, por lo que una recomendación importante  es pesarte tan pronto como te sea posible;  idealmente antes de las 12 semanas de gestación

Para evaluar la ganancia de peso según la edad gestacional (a partir del segundo trimestre), la IOM, recomienda los siguientes puntos de corte:

  • BAJO (IMC <18.5): 0.51 (0.44 – 0.58) kg.
  • NORMAL (IMC 18.5 A 24.9): 0.42 (0.35 – 0.50) kg.
  • SOBREPESO (IMC >25 A 29.9): 0.28 (0.23 – 0.33) kg.
  • OBESIDAD (IMC >30): 0.22 (0.17- 0.27) kg. 

La ganancia durante el primer trimestre se estima entre .5 a 2 kg.

ALIMENTACIÓN Y EMBARAZO

La alimentación y el estado nutricio deben ser evaluados para prevenir deficiencias y corregir practicas inadecuadas en la selección y consumo de alimentos. En general se recomienda un plan de alimentación equilibrado e individualizado, para lo cuál es necesario acudir con tu nutricionista; en términos generales se recomienda:

  • Eliminar el consumo de  alcohol y el tabaco.
  • Preferir carbohidratos complejos (de absorción lenta): cereales integrales, granos enteros, legumbres, tubérculos, raíces, etc.
  • Limitar el consumo de carbohidratos  simples (absorción rápida): azúcar refinada y/o procesada presente en el azúcar de mesa, productos de panadería, repostería, refrescos, jugos, etc.
  • Incluir  verduras y frutas: recuerda que son buena fuente de fibra, agua, vitaminas y minerales. 
  • Preferir cortes magros: como buena fuente de proteína, hierro y  menor aporte de grasa.
  • Integrar buenas fuentes de omega 3. Los ácidos grasos: ácido alfa-linolénico (ALA), ácido eicosapentaenoico (EPA) y el ácido docosahexaenoico (DHA) forman parte de todas las membranas celulares, son precursores de prostanglandinas, tromboxanos, leucotrienos y otros eicosanoides que desempeñan funciones fisiológicas  como el control de la coagulación sanguínea, la respuesta inmune y los procesos inflamatorios. Durante la gestación y la lactancia, el aporte de DHA en la dieta de la madre resulta clave para el desarrollo cerebral y la retina del feto.
  • Evitar pescados crudos y/o ahumados: para evitar el riesgo de intoxicaciones, infecciones y/o altos aportes de sodio
  • Limita el consumo de algunos pescados azules como el caballa ya que su contenido de metales pesados (mercurio o plomo) puede alterar el correcto desarrollo/crecimiento del feto (defectos congénitos). 
  • Limitar el consumo de grasas saturadas: pueden favorecer el aumento excesivo de peso, alteraciones en los niveles de colesterol, alteraciones con el metabolismo de los hidratos de carbono, etc. 
  • Vigilar que el aporte de los siguientes micronutrientes sea el adecuado: ácido fólico, hierro, calcio, zinc, vitaminas: B6, B12 y C .
  • Limitar o restringir el consumo de cafeína: Los expertos recomiendan un consumo máximo de 200 mg de cafeína al día, siempre que no exista riesgo de aborto o antecedentes de amenaza de aborto, de lo contrario esta deberá restringirse. La cafeína esta presente principalmente en el café, té y chocolate.
  • Incluir cantidades adecuadas de agua natural.
  • Vigilar el manejo higiénico de los alimentos.
  • Incluir actividad física, a menos que este contraindicado.
  • Prevenir y/o disminuir malestares: náuseas, acidez, insomnio, etc., mediante estrategias como fraccionar las tomas de comida, masticar correctamente, optar por preparaciones secas, preferir líquidos fríos, evitar fritos, empanizados y/o bebidas gaseosas, elegir platillos poco condimentados, etc.

¿Quieres saber más? Escríbenoshola@cambiable-nutricion.com

Artículo escrito por:

Clara Paula Zepahua Cotlame

Nutrióloga/ Coach Nutricional

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