La correcta alimentación y nutrición es esencial para el mantenimiento adecuado del organismo, su funcionamiento óptimo, un buen estado de salud general y bienestar; las mujeres no son la excepción, sin embargo es común solo poner atención en estados/etapas específicas tales como obesidad, sobrepeso, embarazo o lactancia, aún cuando la alimentación y nutrición son piezas clave en todas las etapas de la mujer.
En términos generales, la alimentación y nutrición de la mujer debe adaptarse y personalizarse a la edad, peso, actividad física, gustos y preferencias alimentarias, estilo de vida, datos económicos, culturales y sociales, estado hormonal, composición corporal y estado de nutrición.
Desde el nacimiento hasta al menos los 6 primeros meses de vida, la lactancia materna exclusiva juega el principal rol en términos de nutrición, por lo que es indispensable garantizar que la alimentación de la madre sea la adecuada y con ello favorecerlos beneficios de la lactancia, tales como maduración del sistema inmune. Entre los 4 y los 6 meses, el gran reto es la introducción correcta de los alimentos, mediante la ablactación para cubrir los requerimientos necesarios de esta etapa de crecimiento y desarrollo acelerado.
Durante la infancia, es de vital importancia integrar el concepto de alimentación saludable y nutrición óptima, en lugar del patrón de dieta restrictiva, la obsesión por el peso, las inadecuadas conductas alimentarias y los mecanismos compensatorios ante los excesos alimentarios. El ideal es favorecer una relación saludable con los alimentos y garantizar la integración de los nutrimentos esenciales que favorezcan el adecuado crecimiento y desarrollo.
En el periodo de la adolescencia y de adulto joven , la mujer experimenta diversos cambios físicos, hormonales y psicológicos, que se presentan a paso acelerado, por lo qué es necesario disminuir los factores de riesgo asociados a conductas alimentarias inadecuadas y con ello evitar deficiencias, excesos y/o trastornos de la conducta alimentaria. Por otro lado la mujer se encuentra en una etapa reproductiva; es vital garantizar el aporte adecuado de los nutrimentos esenciales para la reproducción y/o embarazo.
Después de los 30, el metabolismo indudablemente cambia, por lo que en esta década es necesario aceptar que nuestro gasto energético es distinto al que teníamos cuando eramos más jóvenes; es importante enfocarse en obtener los nutrientes esenciales que nos permitan prepararnos para la reproducción, prevenir y/o controlar enfermedades.
De los 40 a los 60, muchas mujeres comienzan a vivir los estragos de la disminución y/o el cese hormonal , por lo que la pieza clave es prepararse para que el cuerpo no se vea afectado por estos cambios en la secreción de hormonas; establecer rutinas de estilo de vida saludable y con ello continuar la prevención de enfermedades y/o complicaciones.
La etapa de adulto mayor, se caracteriza por una disminución de la ingesta, por cambios en el gasto de energía, alteraciones y/o pérdida de la dentadura, alteración de la integridad las papilas gustativas, por una selección especifica de consumo de alimentos en base a patrones repetitivos y aprendidos a lo largo de nuestra vida, consumo de fármacos, enfermedades subyacentes , etc; por lo que la pieza clave es negociar un esquema de alimentación que nos permita obtener los nutrimentos esenciales para un envejecimiento digno, prevenir y/o tratar enfermedades especificas.
Recuerda que en Cambiable entendemos las necesidades de cada etapa de vida de la mujer y sin importar tu edad, contamos con las herramientas necesarias para promover una alimentación y nutrición optimas que te permitan alcanzar un estado de salud y bienestar acorde a tus necesidades ¿Qué esperas? Agenda tu cita: hola@cambiable-nutricion.com
Artículo escrito por:
Clara Paula Zepahua Cotlame
Nutrióloga/ Coach Nutricional
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